martes, 28 de marzo de 2017

CAMINO AL 9 DE MAYO

Hermanos Salesianos Cooperadores no olvidemos lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos, hicimos nuestra elección de manera libre y voluntaria de continuar con el gran sueño de Don Bosco: ¨Formar Honrados Ciudadanos y Buenos Cristianos¨.

Pues la Asociación de Salesianos Cooperadores (ASC) es la forma organizativa de la rama laical fundada por Don Bosco en su experiencia del Oratorio de Turín como una forma de ofrecer el sistema preventivo a los jóvenes necesitados por medio de personas que sin ser religiosos de vida consagrada, compartieran su preocupación por la formación del joven y la salvación de su alma. Don Bosco llamó en sus inicios a la ASC como Pia Unión de Cooperadores Salesianos y esta nació veinte años antes de la fundación de la Sociedad de San Francisco de Sales y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, que conformarían las tres vertientes princiaples del núcleo central de la Familia Salesiana. Los salesianos cooperadores son laicos católicos que comparten la filosofía de Don Bosco y se vinculan a cualquiera de las distintas formas asociativas de la ASC en el mundo. Sacerdotes y obispos diócesanos pueden pertenecer a la ASC.
Mamá Margarita 1ra. SSCC
Los salesianos cooperadores son en realidad la primera rama fundada por Don Bosco de la Familia Salesiana. Nace de la necesidad que tiene Don Bosco de obtener cooperadores para sacar adelante su sueño de brindar al muchacho abandonado, obrero, huérfano o en cualquier situación de riesgo, su ideal del sistema preventivo.
La obra de Don Bosco nace en 1841 cuando el joven sacerdote de origen campesino se da cuenta de la realidad escabroza de los muchachos pobres de una Turín que comienza a vivir a plenitud su propia revolución industrial. Frente a este contexto, Don Bosco renuncia a la posibilidad de ganarse la vida como sacerdote al servicio de la oligarquía o de la naciente clase burguesa de la ciudad y prefiere abrir espacios para el desarrollo y formación de los muchachos que nadie cuidaba. Es así como nace su experiencia de oratorio, la cual genera el desdén de gran parte de la sociedad de su tiempo y de muchos miembros de la misma Iglesia que lo califican de loco.
Pero no todos asumen una actitud de rechazo frente a la propuesta del joven sacerdote que va por las calles con muchachos obreros, huérfanos y callejeros. Muchas personas comprenden el significado de la propuesta de Don Bosco sea desde un punto religioso, sea desde un punto social. Muchos de estos visionarios de la vida de Don Bosco serían abiertos cooperadores y estarían de su lado en los momentos más difíciles. Su propia madre, Margarita Occhiena, su director espiritual, José Cafasso y posteriormente grandes personalidades de la vida social y eclesiástica no sólo del Piamonte, sino de Europa y América Latina, se inscribirían en el proyecto educativo de Don Bosco.
Por otra parte, Don Bosco inspiraría su método a la prominente figura del antiguo obispo de Annecy, san Francisco de Sales, cuyo carisma espiritual y amabilidad sellarían la experiencia educativa de Don Bosco como de tipo salesiana, es decir, bajo el patronato del santo doctor de la Iglesia.
Papa Pio IX
Para Don Bosco, los salesianos cooperadores eran salesianos externos, es decir, que sin asumir los votos religiosos como lo sería para los salesianos sacerdotes, salesianos coadjutores y salesianas, vivirían a plenitud su carisma salesiano permaneciendo en la sociedad civil y llegando a aquellos sitios en donde los religiosos por su naturaleza no podrían llegar en beneficio de los jóvenes.
El alto aprecio que Don Bosco tenía por los salesianos cooperadores queda demostrado en su inclusión dentro de las Constituciones de la Sociedad de San Francisco de Sales como parte de la Congregación, hecho este que fue rechazado por la Iglesia y que conduciría a que Don Bosco idee a los salesianos cooperadores como una rama separada. Las regulaciones de la Pía Sociedad de Cooperadores Salesianos (según el nombre original dado por el santo), fueron aprobadas el 9 de mayo de 1876 por Pío IX.
Para Don Bosco, el cooperador era otro salesiano a todo valor con la diferencia que estaba insertado en el mundo y para ser cooperador de Don Bosco el santo ponía casi las mismas exigencias que para el salesiano religioso: modestia en el vestir, frugal a la mesa, simple en el amueblamiento de su residencia, casto en el hablar y exacto en el cumplimiento de sus deberes.
También por deseo de Don Bosco, los salesianos cooperadores procuran ser salesianos insertados en la sociedad civil, conformando la rama laica de la Familia Salesiana. De esta forma su campo de acción es doble, por un lado son colaboradores de los salesianos en sus obras y por otro lado realizar obras salesianas allá dónde los salesianos y salesianas no pueden llegar. Los salesianos cooperadores viven con un estilo cristiano y salesiano en los distintos ámbitos de su vida cotidiana como son su familia y su trabajo. Para conseguirlo, Don Bosco les dejó escrito un Proyecto de Vida Apostólica que les ofrece un camino auténtico de santificación apostólica, según las exigencias de la Iglesia y del mundo actual.
La expansión de los salesianos cooperadores durante la vida de Don Bosco (1816 - 1888) fue incluso mayor que la de los salesianos y las salesianas: en 1888, a la muerte del santo, se contaban 80 mil cooperadores.

Alejandrina de Balazar SS.CC
El segundo momento de importancia en la historia de los salesianos cooperadores vino con el Concilio Vaticano II que ocasionó una necesidad de actualizar su organización de tal manera que se adaptara a las nuevas normas eclesiales sin perder la fidelidad al fundador. En 1986 se presentan las nuevas regulaciones de la ASC por el padre Egidio Viganó, Rector Mayor de la Congregación Salesiana.
Numerosas personalidades han llegado a ser salesianos cooperadores, entre ellas son de destacar algunos papas como Pío IX y León XIII, otros que han hecho carrera en la santidad dentro de la Iglesia Católica como Margarita Occhiena, Dorotea de Chopitea, Alejandrina de Balazar, Matilde Salem y Attillio Giordani. Otros como el padre Juan Borel, el Conde Charles Cays (después se hizo salesiano sacerdote) y el padre José Benito Cottolengo.
Estatua Don Bosco Oratorio Valdoco

lunes, 27 de marzo de 2017

2da. VISITA DEL SUCESOR DE DON BOSCO EN COCHABAMBA Fuenten Bosco en Bolivia

El día de ayer, domingo 26 de marzo, luego de la Visita de Conjunto del Cono Sur llevado a cabo en Paraguay, llegó a Bolivia el Rector Mayor de los Salesianos, P. Ángel Fernández Artime, acompañado de algunos Consejeros y su secretario, el P. Horacio López, para poder participar de la Visita de Conjunto de la región Interamérica.
Mons. Tito Solari, Pd. Angel Fernandez, pd. Javier Ortiz

En el aeropuerto Jorge Wilsterman de la ciudad de Cochabamba, fue recibido por el P. Timothy Ploch - Consejero para la Región Interamérica, P. Javier Ortiz - Inspector de Bolivia, Mons. Tito Solari – Obispo Salesiano emérito de la Arquidiócesis de Cochabamba, las Hijas de María Auxiliadora, Salesianos cooperadores y una nutrida comitiva del oratorio Santo Domingo Savio. Al respecto Mons. Tito comentó: “Cuando lo veo siento que viene Don Bosco. Me nacen sentimientos de respeto, devoción, de profundo afecto como un padre que viene a visitarme. Siento el privilegio que por ser la segunda vez, en poco tiempo, poder verlo aquí en Cochabamba. Deseo que su estadía y el trabajo que realicen sea satisfactorio y de veras ilumine el camino futuro de nuestra Congregación en esta parte del continente Latinoamericano”.
Como es característico del P. Ángel, no negó el saludo a nadie al momento de su llegada. Tuvo tiempo para todos y para algunas “selfies” que eran solicitadas por los jóvenes. A todos ellos pudo dirigirles unas palabras de agradecimiento por venir a recibirlo y comentándoles lo contento que estaba por estar nuevamente en tierra boliviana.
Oratorio SA.DO.SA. Pd. Angel Fernandez, pd Edwin Cespedes
Luego de un tiempo fraternos de saludos, abrazos y fotos el Rector Mayor partió rumbo a la Sede Inspectorial “Nuestra Señora de Copacabana” para poder descansar y encontrarse al día siguiente con algunos de sus hermanos de la región Interamérica.
Cochabamba es la capital del departamento del mismo nombre y se constituye en la tercera ciudad más grande de Bolivia, detrás de La Paz y Santa Cruz. La ciudad se ubica en la provincia de Cercado, que es una de las provincias del Departamento de Cochabamba y está ubicada a 2.558 metros de altura sobre el nivel del mar.

“P. Ángel, que el afecto de todos tus hermanos, hermanas y de toda la juventud te sostenga y te anime a continuar”, expresó Mons. Solari.
Fuente: Revista Don Bosco en Bolivia.

Pd. Angel Fernandez y Salesianos cooperadores SA.DO.SA. 

Banda SA.DO.SA.

Oratorio SA.DO.SA.

Pd. Angel Fernandez y Clauder Gutierrez encargado de confirmación SA.DO.SA.

10mo. sucesor de Don Bosco, inspector de Bolivia

Animadores oratorio SA.DO.SA.

Banda de música del SA.DO.SA.

sábado, 18 de marzo de 2017

Carta del papa Francisco en el bicentenario

Texto completo de la Carta del Santo Padre Francisco
al Reverendo Padre Ángel Fernández Artime
Rector Mayor de los Salesianos
en el Bicentenario del nacimiento de san Juan Bosco

COMO DON BOSCO, CON LOS JÓVENES Y PARA LOS JÓVENES

Está viva en la Iglesia la memoria de san Juan Bosco, en cuanto fundador de la Congregación salesiana, de las Hijas de María Auxiliadora, de la Asociación de los Salesianos Cooperadores y de la Asociación de María Auxiliadora, y como padre de la Familia Salesiana de hoy. También está viva en la Iglesia su memoria como santo educador y pastor de los jóvenes, que ha abierto un camino de santidad juvenil, que ha ofrecido un método de educación que es al mismo tiempo una espiritualidad, que ha recibido del Espíritu Santo un carisma para los tiempos modernos.
En el bicentenario de su nacimiento he tenido la alegría de encontrar a la Familia Salesiana reunida en Turín, en la Basílica de María Auxiliadora, donde reposan los restos mortales del Fundador. Con este mensaje deseo unirme nuevamente a vosotros en la acción de gracias a Dios; al mismo tiempo, deseo recordar los aspectos esenciales del legado espiritual y pastoral de Don Bosco, y exhortar a vivirlos con valentía. 
Italia, Europa y el mundo han cambiado mucho en estos dos siglos, pero el alma de los jóvenes no: también hoy los muchachos y las chicas están abiertos a la vida y al encuentro con Dios y con los demás, pero hay tantos con riesgo de desánimo, de anemia espiritual y de marginación.
Don Bosco nos enseña, ante todo, a no quedarnos mirando, sino a ponernos en primera línea, para ofrecer a los jóvenes una experiencia educativa integral que, sólidamente basada sobre la dimensión religiosa, involucre la mente, los afectos, toda la persona, considerada siempre como creada y amada por Dios. De aquí deriva una pedagogía genuinamente humana y cristiana, animada por la preocupación preventiva e inclusiva, especialmente para los jóvenes de los sectores populares y de los grupos marginales de la sociedad, a los cuales ofrece también la posibilidad de la instrucción y de aprender un oficio, para ser buenos cristianos y honestos ciudadanos. Operando para la educación moral, civil, cultural de los jóvenes, Don Bosco ha obrado para el bien de las personas y de la sociedad civil, según un proyecto de hombre que conjuga alegría – estudio – oración, y también trabajo – religión – virtud. De tal camino forma parte integrante la maduración vocacional, a fin de que cada uno asuma en la Iglesia la forma concreta de vida a la cual el Señor lo llama. Esta amplia y exigente visión educativa, que Don Bosco ha concentrado en el lema “Da mihi animas”, ha realizado lo que hoy expresamos con la fórmula «educar evangelizando y evangelizar educando» (Congregación para el Clero,Directorio general para la catequesis [15 agosto 1997], n. 147).
Un rasgo característico de la pedagogía de Don Bosco es la «amorevolezza», la amabilidad, a entenderse como amor manifestado y percibido, en el cual se revelan la simpatía, el afecto, la comprensión y la participación en la vida del otro. Él afirma que en el ámbito de la experiencia educativa no basta amar, sino que es necesario que el amor del educador se exprese mediante gestos concretos y eficaces. Gracias a tal amabilidad tantos niños y adolescentes en los ambientes salesianos han experimentado una intensa y sana afectividad, muy preciosa para la formación de la personalidad y para el camino de la vida.
En este cuadro de referencia se colocan otros rasgos distintivos de la praxis educativa de Don Bosco: ambiente de familia; presencia del educador como padre, maestro y amigo del joven, expresado por un término clásico de la pedagogía salesiana: la asistencia; clima de alegría y de fiesta; amplio espacio dado al canto, a la música y al teatro; importancia del juego, del patio de recreación, de los paseos y del deporte.

Podemos resumir así los aspectos salientes de su figura: él vivió la entrega total de sí a Dios como un impulso para la salvación de las almas y vivió la fidelidad a Dios y a los jóvenes en un mismo acto de amor. Estas actitudes lo han llevado a “salir” y a concretar decisiones valientes: la elección de dedicarse a los jóvenes pobres, con la intención de realizar un vasto movimiento de pobres para los pobres, y la elección de ampliar tal servicio más allá de las fronteras de lengua, raza, cultura y religión, gracias a un incansable impulso misionero. Él concretó este proyecto con estilo acogedor, alegre y de simpatía, en el encuentro personal y en el acompañamiento de cada uno.
Él supo suscitar la colaboración de santa María Dominga Mazzarello y la cooperación de los laicos, generando la Familia Salesiana que, como gran árbol, ha recibido y desarrollado su herencia. 
En síntesis, Don Bosco vivió una gran pasión por la salvación de la juventud, manifestándose testimonio creíble de Jesucristo y anunciador genial de su Evangelio, en comunión profunda con la Iglesia, en particular con el Papa. Vivió en continua oración y unión con Dios, con una devoción fuerte y tierna a la Virgen, por él invocada como Inmaculada y Auxiliadora de los cristianos, con el beneficio de experiencias místicas y del don de milagros para sus jóvenes.
También hoy la Familia Salesiana se abre hacia nuevas fronteras educativas y misioneras, recorriendo las sendas de los nuevos medios de comunicación social y las de la educación intercultural junto a pueblos de religiones diversas, o de Países en vías de desarrollo, o de lugares signados por la inmigración. Los desafíos de la ciudad de Turín del siglo XIX han asumido dimensiones globales: idolatría del dinero, desigualdad que genera violencia, colonización ideológica y retos culturales legados a los contextos urbanos. Algunos aspectos involucran más directamente al mundo juvenil, como la difusión de internet, y, por lo tanto, os interpela, hijos e hijas de Don Bosco, que sois llamados a trabajar considerando, junto a las heridas, también los recursos que el Espíritu Santo suscita en situaciones de crisis. 
Como Familia Salesiana estáis llamados a reavivar la creatividad carismática dentro y más allá de vuestras instituciones educativas, poniéndoos con dedicación apostólica sobre los senderos de los jóvenes, particularmente de aquellos de las periferias. 
«La pastoral juvenil, tal como estábamos acostumbrados a desarrollarla, ha sufrido el embate de los cambios sociales. Los jóvenes, en las estructuras habituales, no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemáticas y heridas. A los adultos nos cuesta escucharlos con paciencia, comprender sus inquietudes o sus reclamos, y aprender a hablarles en el lenguaje que ellos comprenden» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 105). Hagamos de tal manera, como educadores y como comunidad, que podamos acompañarlos en su camino, de modo que se sientan felices de llevar a Jesús en cada calle, en cada plaza, en todos los rincones de la tierra (cfr. ibid., 106).
Don Bosco os ayude a no defraudar las aspiraciones profundas de los jóvenes: la necesidad de vida, apertura, alegría, libertad, futuro; el deseo de colaborar en la construcción de un mundo más justo y fraterno, en el desarrollo para todos los pueblos, en la tutela de la naturaleza y de los ambientes de vida. Con su ejemplo, los ayudaréis a experimentar que solo en la vida de gracia, es decir, en la amistad con Cristo, se cumplen en pleno los ideales más auténticos. Tendréis la alegría de acompañarlos en la búsqueda de síntesis entre fe, cultura y vida, en los momentos en que se toman las decisiones difíciles, cuando se busca interpretar una realidad compleja. 
Señalo en particular dos tareas que nos llegan hoy del discernimiento sobre la realidad juvenil: la primera es la de educar según la antropología cristiana en el lenguaje de los nuevos medios de comunicación y de las redes sociales, que plasma en profundidad los códigos culturales de los jóvenes, y por lo tanto, la visión de la realidad humana y
religiosa; la segunda es promover formas de voluntariado social, no resignándose a las ideologías que anteponen el mercado y la producción a la dignidad de la persona y al valor del trabajo.
Ser educadores que evangelizan es un don de naturaleza y de gracia, pero es también fruto de formación, estudio, reflexión, oración y ascesis. Don Bosco decía a los jóvenes: «Yo por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi vida» (Constituciones Salesianas, art. 14).
Hoy, más que nunca, de frente a lo que el Papa Benedicto XVI muchas veces ha señalado como «emergencia educativa» (cfr. Lettera alla diocesi e alla città di Roma sul compito urgente dell’educazione, 21 de enero de 2008), invito a la Familia Salesiana a favorecer una eficaz alianza educativa entre las diversas agencias religiosas y laicas para caminar, con la diversidad de los carismas, en favor de la juventud de los diversos continentes. En particular recuerdo la inderogable necesidad de implicar a las familias de los jóvenes. No puede haber, de hecho, una eficacia pastoral juvenil sin una válida pastoral familiar.
El salesiano es un educador que, en la multiplicidad de las relaciones y de los empeños, hace resonar siempre el primer anuncio, la bella noticia que directamente o indirectamente no puede faltar jamás: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 164). Ser discípulos fieles a Don Bosco requiere renovar la opción catequística que fue su empeño permanente, a ser comprendida en la misión de una nueva evangelización (crf. Ibid., 160-175). Esta catequesis evangelizadora merece el primer lugar en las instituciones salesianas, y debe ser realizada con competencia teológica y pedagógica y con un testimonio transparente del educador. Se necesita un camino que comprenda la escucha de la Palabra de Dios, la frecuencia a los Sacramentos, en particular la Confesión y la Eucaristía, y la relación filial con la Virgen María.
Queridos hermanos y hermanas salesianos, Don Bosco testimonia que el cristianismo es fuente de felicidad, porque es el Evangelio del amor. Es de esta fuente que, también en la práctica educativa salesiana, la alegría y la fiesta encuentran consistencia y continuidad. «Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero. Allí está el
manantial de la acción evangelizadora» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 8).
Las expectativas de la Iglesia respecto al cuidado de la juventud son grandes; grande es pues el carisma que el Espíritu Santo ha donado a san Juan Bosco, carisma llevado adelante por la Familia Salesiana con dedicación apasionada por la juventud en todos los continentes y con el florecimiento de numerosas vocaciones para la vida sacerdotal, religiosa y laical. Por lo tanto quiero expresaros un aliento cordial a fin de asumir el legado de vuestro fundador y padre con la radicalidad evangélica que ha sido suya en el pensar, hablar y obrar, con la competencia adecuada y con generoso espíritu de servicio, como Don Bosco, con los jóvenes y para los jóvenes.
Vaticano, 24 de junio de 2015

jueves, 9 de marzo de 2017

La misión de los Salesianos Cooperadores  

Un extracto del congreso Mundial de Salesianos Cooperadores en Roma del 2012, nos decia:

Carissimi Salesianos Cooperadores. 

Venimos de todas partes del mundo convocados    por el amor a Don Bosco, nuestro padre, para vivir más intensamente el espíritu salesiano y participar en la misión con generosidad y entusiasmo.

Nosotros estamos aquí para aprobar el Estatuto y el Reglamento de nuestra Asociación. Es un momento importante, ya que el Proyecto de Vida Apostólica es una forma segura de santidad y una garantía de fidelidad a la inspiración original de Don Bosco.

Pero toda regla o norma debe permanecer abierta al Espíritu. Sin el Espíritu Santo, todas las leyes, incluso la más perfecta, es letra muerta. Así pues, en esta Asamblea que aprueba su Estatuto, que define la vocación y la misión, invocamos la presencia del Espíritu Santo para que sople con fuerza, como en el Cenáculo, para dar vida a una  nueva Pentecostés. Con el don del Espíritu nuestra asamblea, entonces, adquiere una dimensión universal y eclesial.

Sobre el fundamento de los apóstoles y  con María, toda la Iglesia es la  gran cooperadora del Padre y de Cristo en la obra de una paciente  construcción del Reino, y no hay una cooperación completa y verdadera con Dios fuera de ella: y de esto    Don Bosco estaba plenamente convencido. En la Iglesia todos sus miembros, sin excepción, estamos llamados a cooperar activamente en la realización del proyecto divino de la salvación.

Hoy en día, por lo tanto, Cristo, en    nombre del Padre, llama a cada bautizado consciente de su fe y lo envía a los demás. A los cristianos perezosos, desempleados o dormidos, el Señor de la viña le dice: "¡Despiértense! ¿Por qué estáis aquí todo el día sin hacer nada?

 ‐  Respuesta actual y  dramática: !Porque nadie nos ha contratado!
 ‐  Entonces, vayan también ustedes a mi viña" (Mt 9:37).

En la Iglesia no deben haber parásitos: todo bautizado está llamado a colaborar como un buen hijo, en  la empresa paterna  de Dios. Entre los más eminentes colaboradores de Dios en la historia de la Iglesia, el Espíritu Santo ha inspirado a Don Bosco. El se sintió, enviado por Dios y María por dos razones:

1 ° Para dedicar toda su vida a la salvación y el desarrollo  integral de los adolescentes y de los jóvenes;

2 ° Para fomentar  numerosas fuerzas apostólicas y fundar una grandiosa    y vasta familia salesiana   también ella dedicada   a los jóvenes. Nosotros, los Salesianos Cooperadores, hemos recogido    esta    preciosa herencia y queremos ser "Cooperadores de Dios", como Don Bosco en este momento histórico.

De ahí nace la necesidad y el compromiso para los próximos tres años, de una mayor visión a nivel eclesial, social y político de los Salesianos Cooperadores. ¿Qué significa eso?

1. Redescubrir el " honesto ciudadano" y el "buen cristiano".
2. ¿Qué entendemos por honesto ciudadano  y buen cristiano?.
3. La necesidad de una  ética para crecer juntos.
4. Honesto ciudadano y buen cristiano, hoy.
 P. Giuseppe Casti SDB


Diseño: Jaime Rojas SSCC

viernes, 3 de marzo de 2017

VOCACIÓN SALESIANO COOPERADOR

QUIÉNES SOMOS
Diseño: Jaime Rojas SSCC

Los Salesianos Cooperadores somos cristianos que vivimos nuestra vocación bautismal según el proyecto apostólico de Don Bosco que busca promover y evangelizar a los jóvenes.
Vivimos insertos en medio del mundo, en las condiciones ordinarias de la vida familiar, profesional y social, en comunión con la Iglesia y la Familia Salesiana.
FUNDAMENTOS DE LA VOCACIÓN
Pueden seguir este camino cristianos católicos, laicos o del clero secular, de cualquier condición cultural y social, que se sientan llamados a un estilo peculiar de vida de fe, implicada en la realidad de cada día y que se distingue por dos actitudes:
- Sentir a Dios como Padre y Amor que salva; encontrar en Jesucristo al Hijo Unigénito, apóstol perfecto del Padre; vivir en intimidad con el Espíritu Santo, animador del Pueblo de Dios en el mundo.
- Sentirse llamados y enviados a una misión concreta; contribuir a la salvación de la juventud comprometiéndose en la misma misión juvenil y popular de Don Bosco.
FORMACIÓN
Primer grupo de aspirantes SSCC, enero 2014
La formación inicial y la permanente están dirigidas a hacer posible la fidelidad a la propia opción vocacional.
La Formación Inicial dura tres años y consta de dos etapas: Simpatizante y Aspirante. En ellas se profundiza el proyecto de vida personal para llegar finalmente a una opción seria y responsable mediante la promesa.
La Formación Permanente es el proceso integral de crecimiento, profundización y maduración en la identidad vocacional y que nos compromete como personas, como cristianos y salesianos cooperadores.
PROCEDIMIENTO PARA INTEGRARSE A LA ASOCIACIÓN
Las alternativas para ponerse en contacto con la Asociación y ver la posibilidad de integrarse a ella son las siguientes:
Consultando a un salesiano cooperador, a un salesiano de don Bosco (SDB) o Hija de María Auxiliadora (HMA).

Diseño: Jaime Rojas SSCC